viernes, 2 de noviembre de 2012

La histórica Serrezuela de Pegalajar

La ruta de la Serrezuela de Pegalajar que he trazado no es la típica de la “vuelta al cerro”. He intentado pasar por zonas que guardan la historia de Pegalajar, habiendo sido la “Peña de los Buitres” una zona fortificada antes de que ésta pasara al Castillo de las Peñuelas (actual recinto de la Iglesia de la Santa Cruz de Pegalajar). La ruta tiene cierta dificultad ya que es necesario subir algunos poyos para llegar al “Albercón de los Moros”, además de subir a la cumbre de la propia Serrezuela para alcanzar el punto geodésico. Una vez en la cubre la ruta se dirige hacia el noroeste hasta llegar al sendero que nos conduce a la zona recreativa de las Siete Pilillas. Una vez allí tomamos el sendero que nos vuelve hacia la zona de la Peña de los Buitres.

Ruta apta para:

  • Senderismo.
  • Atletismo.
  • Mountain Bike (solo en zonas de senderos): En la Serrezuela han tenido lugar competiciones de prestigio a nivel nacional como la Andalucía Bike Race o a nivel provincial como el Rally de la Diputación de Jaén o la marcha Bercho Bike.
  • Parapente: Hay una zona de despegue en el área recreativa de las Siete Pilillas donde tiene lugar el Campeonato de España, pruebas valederas para el Mundial, el Campeonato de Andalucía, etc.
  • Escalada.



Perfil de la ruta Serrezuela de Pegalajar

Curiosidades históricas que guarda el entorno de esta ruta: 

La fortaleza de la Peña de los Buitres de Pegalajar es un ejemplo de refugio eminentemente natural. Está situada a los pies de una gran peña, al Oeste de la Serrezuela de Pegalajar, junto a una pared rocosa, ligeramente cóncava, que protegía a los defensores de agresiones desde arriba. En la parte inferior, varias terrazas rocosas superpuestas formaban la defensa natural, especialmente la última, de unos 190 metros de longitud y entre dos y siete metros de anchura, en la que se encuentra un aljibe de época árabe, conocido en la población como "Albercón de los Moros". La fortaleza todavía tenía un último punto de defensa, una línea de abrigos naturales y covachas excavadas en la pared rocosa varios metros por encima de la última terraza, a algunos de los cuales había que subir con escalas. A los pies de esta fortaleza aparece cerámica árabe de los siglos IX y X, junto con algunos restos de cerámica ibérica, lo que induce a pensar que ya fue utilizada en épocas anteriores a la medieval. En el pasado, el campo bajo la fortaleza debió estar cercado y habitado, además de servir de refugio al ganado de la población. Las defensas naturales se complementarían con elementos de madera, de los que no han quedado restos. Sí se pueden aún observar perforaciones, canales y otras huellas en la roca de la última terraza, que sirvieron de apoyo a las construcciones de madera.

La Serrezuela de Pegalajar hasta los años cuarenta del siglo XX carecía de vegetación y la tierra y las piedras eran arrastradas hasta el núcleo urbano de Pegalajar, provocando una gran erosión. Para controlar esta erosión, el monte de la Serrezuela fue incluido dentro de los planes de reforestación de los años cuarenta (110 hectáreas), cincuenta (114,4 hectáreas) y sesenta (64 hectáreas) del siglo XX. Por entonces, muchas de las parcelas de cultivo habían sido abandonadas por la pérdida de suelo y escasa fertilidad, y éstas se plantaron de pino carrasco, cubriéndose de vegetación arbórea de la que hasta entonces carecía. En la actualidad está catalogada como “Paisaje Serrano de Interés Ambiental” en el Plan de Protección del Medio Físico de la provincia de Jaén.

Fuente de los datos históricos: Juan A. López Cordero.


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